De vuelta de todo

Lunes, 7.00 de la mañana. Suena el despertador. Otra vez toca levantarse y preparar el café para despertarse un poquito, aunque es complicado después de llevar ni sé las semanas sin madrugar. Ahora toca coger el coche y conducir hasta la facultad, aparcar en el mismo sitio de siempre y esperar sentada en el banco a que llegue algún compañero. Luego las clases, tan soporíferas como siempre, pero hasta dentro de un par de añitos creo que eso no va a cambiar. Y después de una larga (larguísima) mañana, a casa otra vez.

Después del lunes, el martes... Y así hasta llegar al viernes, tras el cual se esconde un fin de semana igual a los demás. Y vuelta a empezar.

No sé de qué me quejo, el 99% de las personas que lean esto estarán en mi misma situación... Pero nadie está contento con lo que tiene. Sé que es algo a lo que dentro de unos días me volveré a acostumbrar, pero la verdad es que cuesta trabajo jeje

Habrá que esforzarse para hacer más corto el calvario.. jaja. Me voy a estudiar